miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sublime


Volando por el mundo perdido, encontré un diamante con forma de rata, algo difícil de encontrar, más aún, en un lugar como tal. Paisajes llenos de frutas, algunas verdes otras maduras y hasta podridas, es que hay de todo en la vida del señor. En el camino, junto con mi rata en mano, descubrí que ésta podía hablar, me dijo muchas cosas que me hicieron recobrar la razón, su alevosía me cautivó. La complejidad es que hay muchos episodios que cerrar, más etapas que ganar y múltiples personajes por conocer y derrotar.Caminamos entre medio de los arboles, discutiendo el redimirla, pasaron las semanas y su misión ya estaba concretada, un sin número de enseñanzas se arraigaron en mí, para crecer, para resistir y poder avanzar, sin mirar atrás. Me abrazó fuertemente y con una mirada suspicaz le dije que se marchara, que podía ser libre, como lo fue hasta el momento de aquel encuentro. Eso es lo que esta rata quería, sin embargo, cambió de parecer, no obstante me soltó y escupió en mi cara con un sentimiento de odio y resignación. Se fue.La laguna de los sapos muertos fría está, el vapor del agua tibia saliendo del estanque, me recuerda que algo hubo y que ya no está.Miro el cielo, nubes a gran velocidad me dicen que algo pasará ¿Qué será? No lo sé. Soledad.