domingo, 26 de julio de 2009

Una gran carta para un gran padre


Lo emocional: Hace tiempo que quería escribir esto. Tal vez, no lo hice por buscar más paciencia en mí, por creer que las cosas pueden cambiar o que la gente crezca un poquito más.

Yo comprendo eso del amor, de que las personas quieran rehacer su vida, comprendo el poder tener dos o tres familias, y podría llegar a comprender también, el desapego que genera la distancia. Uno no escoge a la familia dicen por ahí, y es verdad, yo no merezco la que me tocó, digamos que no soy tan mala, ni tan buena. Tampoco merezco sentir la ira que me produces tú, incluso ese desprecio que me da tu mirada, tan vacía y carente de hombría.

Nunca te he encarado, muchas veces he sentido que no vale la pena, por lo mismo, porque me das pena. Me dan pena tus constantes errores, y tu poca disposición por querer enmendarlos. Quizás no quieras enfrentarlos, y está bien, supongo que es tu manera de ser, lo respeto. Pero hay cosas que no tienen que ver con tus decisiones, sino que más bien, con tus responsabilidades, esas que nadie al parecer te enseñó a cumplir. No sé qué haz vivido, ni sé cómo la vida te ha enseñado a actuar ante los problemas y ante las culpas... o no le llamemos así, sigamos usando la palabra "responsabilidades", suena menos enjuiciador.

Lo cognitivo: Me gustaría recordarte algunas cosas que quizás olvidaste o que de las cuales simplemente no te haz dado cuenta: Cuando un hombre embaraza a una mujer el resultado conocido universalmente, es un HIJO (en tu caso son tres hijas y un hijo... conocidos). Cuando eres PADRE, adquieres responsabilidades con esos seres conocidos como HIJOS, los cuales varían de acuerdo a tres grandes categorías; emocionales y de afecto, psicológicas y presenciales, y finalmente económicas. Ahora piensa un poco... evalúa el nivel de RESPONSABILIDAD que adquiriste con cada HIJO (Esto ¿no es nuevo cierto?). PERO QUIERO SEGUIR PENSANDO QUE SON TUS DECISIONES Y TÚ ESCOGES QUÉ HACER, LAMENTABLEMENTE PARA TI, EXISTE LA LEY, la cual te obliga a ceder el maldito dinero con que esos HIJOS que tiraste al mundo se alimenten, abriguen y cubran diversas necesidades las cuales yo no inventé (¿te suena Maslow?).

La conclusión: En fin, no te pude obligar a darme cariño cuando fui pequeña, ni preocupación cuando estuve enferma o logré cosas, pero la ley se encarga de exigir que me des algo tan vacío como el dinero (me carga esta parte, pero creo que no lo tienes claro) soy estudiante y el gobierno me da beneficios y derechos por ser pobre y porque no me va mal, cuando te pido MI dinero, no te están sacando del salario, ni te estoy pidiendo favores, ni prestamos, ESE ES MI DERECHO, y no voy a dejar que por tus malas ganas y falta de compromiso me dejes sin ellos. Y te quiero dejar algo claro JCMM, para mí no es entretenido tener que cobrarte esas platas como si fuera un gran sacrificio para ti, porque no te corresponde. Y hoy con tu mala cara, me dejaste claro lo descarado que eres.

Ya no soy una cabra chica que no se da cuenta de las cosas y por fin puedo decir con todas las letras que deberías pegarte con una piedra enredada con alambre de púa en el pecho, por las hijas que tienes, que tiraste a la basura y que no haz sabido valorar nunca.

Ya he llorado bastante por tu falta de hombría y ojalá que ahora sientas estas palabras tanto como yo. Pero aún creo que la vida es justa y que sola se encargará de hacerte ver lo hipócrita que haz sido.

Lo frío: ni cagando tendría dos familias sabiendo que la vida no es gratis, sabiendo que lamentablemente y por las decisiones erradas o no, que tomé desde un comienzo de mi vida, no tengo la educación ni la plata para sostener a ambas.

PD: No comprendí tu cara de enojo denante, deja de ser tan barsa, te enojas con la licha porque va al hospital y ni siquiera tú la llevas. Hazte cargo de tus cagadas y de tu falta de tino y lógica. Deja de abusar de la caridad de mi abuelita Noelia y haz algo por tu "mami".
Te dejo porque justamente ahora, la Angela (tu hija mayor) llama porque tu mami licha está mal.

Atte: Karla, una hija más, pero más disgustada que tú...