domingo, 4 de octubre de 2009

By Kar


domingo, 13 de septiembre de 2009

Identidad-estilos-paradigmas-estereotipos


Hoy he descubierto una frase, que probablemente ya he escuchado antes, pero lo importante es que la descubrí, ahora sólo me falta ponerla en práctica, dice más o menos así: "sé quien eres porque no hay nadie más en el mundo que pueda hacerlo mejor que tú". Me parece maravillosa y compleja. Yo creo que si esta frase fuese un artículo de ley, o un estatuto de Derechos Humanos, nadie sufriría depresiones, o por lo menos podría ser un poquito más felíz. No existirían los estereotipos, me cuesta dejar de creer en ellos, pero quiero intentarlo. En esta ciudad tan pequeña es complicado salir de los parámetros que se establecen, me da mucha risa cuando en octubre, comienza el Festival Internacional de Cine y se puede distinguir entre santiaguinos y sureños, solamente por el vestuario y la forma de caminar. Muchas veces visito páginas de moda alternativa o admiro fotografías de personas con un estilo marcado, algunas me parecen demasiado producidas y otras tan diferentes y alocadas que me producen mayor admiración, es que, me imagino lo difícil que debe ser, ser tal como eres, sin tener que aparentar formas y respetar ciertas normas que alguien inventó, para que no haya revuelo en el ganado. Particularmente, me considero en el limbo tirando a la limitación brígidamente, es que al parecer, he descubierto que todo por lo cual lucho tiene que ver con la búsqueda de "idetidad", no creo en la identidad como algo establecido, sino más bien, en la propia construcción de algo que sólo te representa a ti. Mi identidad es ser yo, intento ser yo, sin llamar mucho la atención y aún así me recriminan, qué desgracia.

domingo, 26 de julio de 2009

Una gran carta para un gran padre


Lo emocional: Hace tiempo que quería escribir esto. Tal vez, no lo hice por buscar más paciencia en mí, por creer que las cosas pueden cambiar o que la gente crezca un poquito más.

Yo comprendo eso del amor, de que las personas quieran rehacer su vida, comprendo el poder tener dos o tres familias, y podría llegar a comprender también, el desapego que genera la distancia. Uno no escoge a la familia dicen por ahí, y es verdad, yo no merezco la que me tocó, digamos que no soy tan mala, ni tan buena. Tampoco merezco sentir la ira que me produces tú, incluso ese desprecio que me da tu mirada, tan vacía y carente de hombría.

Nunca te he encarado, muchas veces he sentido que no vale la pena, por lo mismo, porque me das pena. Me dan pena tus constantes errores, y tu poca disposición por querer enmendarlos. Quizás no quieras enfrentarlos, y está bien, supongo que es tu manera de ser, lo respeto. Pero hay cosas que no tienen que ver con tus decisiones, sino que más bien, con tus responsabilidades, esas que nadie al parecer te enseñó a cumplir. No sé qué haz vivido, ni sé cómo la vida te ha enseñado a actuar ante los problemas y ante las culpas... o no le llamemos así, sigamos usando la palabra "responsabilidades", suena menos enjuiciador.

Lo cognitivo: Me gustaría recordarte algunas cosas que quizás olvidaste o que de las cuales simplemente no te haz dado cuenta: Cuando un hombre embaraza a una mujer el resultado conocido universalmente, es un HIJO (en tu caso son tres hijas y un hijo... conocidos). Cuando eres PADRE, adquieres responsabilidades con esos seres conocidos como HIJOS, los cuales varían de acuerdo a tres grandes categorías; emocionales y de afecto, psicológicas y presenciales, y finalmente económicas. Ahora piensa un poco... evalúa el nivel de RESPONSABILIDAD que adquiriste con cada HIJO (Esto ¿no es nuevo cierto?). PERO QUIERO SEGUIR PENSANDO QUE SON TUS DECISIONES Y TÚ ESCOGES QUÉ HACER, LAMENTABLEMENTE PARA TI, EXISTE LA LEY, la cual te obliga a ceder el maldito dinero con que esos HIJOS que tiraste al mundo se alimenten, abriguen y cubran diversas necesidades las cuales yo no inventé (¿te suena Maslow?).

La conclusión: En fin, no te pude obligar a darme cariño cuando fui pequeña, ni preocupación cuando estuve enferma o logré cosas, pero la ley se encarga de exigir que me des algo tan vacío como el dinero (me carga esta parte, pero creo que no lo tienes claro) soy estudiante y el gobierno me da beneficios y derechos por ser pobre y porque no me va mal, cuando te pido MI dinero, no te están sacando del salario, ni te estoy pidiendo favores, ni prestamos, ESE ES MI DERECHO, y no voy a dejar que por tus malas ganas y falta de compromiso me dejes sin ellos. Y te quiero dejar algo claro JCMM, para mí no es entretenido tener que cobrarte esas platas como si fuera un gran sacrificio para ti, porque no te corresponde. Y hoy con tu mala cara, me dejaste claro lo descarado que eres.

Ya no soy una cabra chica que no se da cuenta de las cosas y por fin puedo decir con todas las letras que deberías pegarte con una piedra enredada con alambre de púa en el pecho, por las hijas que tienes, que tiraste a la basura y que no haz sabido valorar nunca.

Ya he llorado bastante por tu falta de hombría y ojalá que ahora sientas estas palabras tanto como yo. Pero aún creo que la vida es justa y que sola se encargará de hacerte ver lo hipócrita que haz sido.

Lo frío: ni cagando tendría dos familias sabiendo que la vida no es gratis, sabiendo que lamentablemente y por las decisiones erradas o no, que tomé desde un comienzo de mi vida, no tengo la educación ni la plata para sostener a ambas.

PD: No comprendí tu cara de enojo denante, deja de ser tan barsa, te enojas con la licha porque va al hospital y ni siquiera tú la llevas. Hazte cargo de tus cagadas y de tu falta de tino y lógica. Deja de abusar de la caridad de mi abuelita Noelia y haz algo por tu "mami".
Te dejo porque justamente ahora, la Angela (tu hija mayor) llama porque tu mami licha está mal.

Atte: Karla, una hija más, pero más disgustada que tú...

domingo, 7 de junio de 2009

Mañana en URGENCIAS


8 AM. No tenía presupuestado despertar tan temprano un día domingo. Escucho el teléfono, obviamente, algo malo ocurre, generalmente, cuando el teléfono suena en la madrugada es porque algo pasó con Lichita (mi bisabuela). Abro los ojos, escucho atentamente la conversación y las expresiones de mi abuelita Noelia, antes de que comience a gritar que me levante, de un salto me pongo zapatillas y chaqueta. En menos de dos minutos, estaba en frente de la casa de Licha. -Qué pasa, qué pasa?- (Licha en la calle, con pijama y con la respiración agitada y ese gatito al que le llaman asma). Tres vecinos en su compañía, un tanto desesperados y mi otra abuela (Herta), un poco más chillona, alegando. Hace un rato ya, habían llamado a la ambulancia y no pasó nada, llegaron los carabineros, pero la ambulancia... nada. Finalmente, llegó mi papá en auto y partimos al hospital. Al llegar, escucho gritos de una señora (más desesperada que todos quienes se preocuparon por Lichita). El panorama: era un taxi, la señora y dos familiares, una camilla que muy rápido entraba por las puertas de URGENCIA, alcancé a ver las piernas de la persona que iba en la camilla, por el color de su piel, me dije -Dios... esa persona se está muriendo- y ahí le dije a Lichita -hay gente peor que tú-. Entramos, mascarillas anti A H1N1. Nos encontramos con mi tía Nory, estaba saliendo de su turno de noche, al lado nuestro: la señora llorando y gritando desesperada "La ambulancia nunca llegó... si algo le pasa, llévame con él virgencita" entre otras frases que no pude entender debido a su desgarrador llanto. Pasaron algo así como quince minutos, mientras esperábamos que atendieran a Lichita por su ataque de asma, y ya sabíamos (gracias a mi tía) que el caballerito había fallecido, no estábamos a más de tres pasos de esa señora, y supimos antes que ella el destino de su marido (creo). Mientras las personas que le acompañaban le decían que confiara en Dios... qué tortura... pero es misión de los doctores informar la hora y causas del deceso. Mientras tanto, las luces de la sala de espera y esas paredes verde agua, me perturbaban la vida, el sonido de fondo; bebés llorando, la señora sufriendo, y el gatito en el pecho de Lichita, las sensaciones táctiles, mi ojo derecho medio churreto, mi aliento en la mascarilla, ya media húmeda, un carraspeo en la garganta, las manos heladas de Lichita, producto de su arrebato de salir a la calle en pijamas en busca de aire. En unos minutos, llega el doctor, para hablar con la señora, me dije -Ahora se escuchará el puro grito- pero no, parece que se desmayó, salió la nuera de la señora llorando, a decir que el caballerito había fallecido. La espera se hacía cada vez más dolorosa, mi abuelita Herta, comentando que cómo puede haber gente que le guste trabajar en el hospital y además que es un poco hipocondriaca. Cambio de turno, ya eran como las 9 y algo, aún no atendían a Lichita, pero después de tal panorama, su ataque de asma no me parecía nada grave. Ya había pasado el clímax de la historia. Apareció la señora, ya viuda, llorando desde adentro (ese llanto que sale como del corazón) estaba en un box, sentada en una camilla y le pasaron una bolsa plástica, justo cuando iba a vomitar (ese gesto técnico previo a...) cerraron la puerta (fue como de película). La nuera, llamando a la funeraria, el resto, a los familiares para contarles y así. Por mi parte, ya estaba chata, sólo quería escuchar que Lichita sería atendida y marchar. Así fue, llegué a dormir, me costó y además soñé puras cosas feas. ÑE.

Aparte: Dos jóvenes, uno ebrio y uno no tanto, conversan con carabineros, golpe en la cabeza, asalto. Una camilla con un tipo obeso ensangrentado, me dije -ayyy, viva Chile y su fútbol y el exceso (irónicamente)-. Un tipo en silla de ruedas llorando, no entendí por qué. Un abuelito que hospitalizó a su esposa, aquí pensé -qué útil, tener marido-.

Lección: si quieres vivir una aventura o quieres hacer tu corazón un poquito más fuerte, anda a urgencias un día muy temprano. Ah! y cuando creas que alguien de tu familia esté a punto de fallecer, recuerda: tener dinero en el celular, plata para el taxi, las llaves de la casa de toda tu familia, el número de la funeraria y los cojones para superarlo.

Más aparte; ¿qué onda la regionalización? Aún hay que llamar a Puerto Montt, para que den la orden de enviar o no ambulancias. YAAPUEEE!!

lunes, 1 de junio de 2009

Alas Para qué las Quiero


Quiero alas en la bicicleta de mi hermana, que descaradamente uso habitualmente.
Alas para pasear y poder llegar más rápido a ese lugar. Mi cuadrado de tierra fértil ¿dónde estarás?
Hasta cuándo tendré que esperar... cuánto tendré que pagar...

Plastilina para mi espejo, sin él, me pegaré en los huesos. La gente me pasará por encima, queriendo abusar de eso, no más bastaba un tropezón cabrón, para fundir mi motor. Mis madres llorarán desoladas, la pérdida de su soldada. Su orgullo se irá a las pailas, cuando comprendan de qué se trataba.

El alma podrida no sirve en la tierra, reseca tu cuerpo y elévate al cielo, con viento y agua retornarás como una carnada. Límpiate... renuévate. Mucho tiempo en un lugar, asfixia la sanidad mental.

El Peor Error


Cuando despierte de este maravilloso sueño, lleno de aventuras, paisajes apoteósicos, sonrisas inalterables y almas imperecederas, llegará la cruda realidad en la que vivo y no estás, despertar por las mañanas con frío e inseguridad, como un fantasma por las veredas, deambuladas mil y una vez por el temor, apoderándose de mi espíritu -si me llegase a quedar un resto de él- escarchando mi corazón más de lo que hasta el momento lo he tenido, trizado y compungido de no saber amar. El olor a cenizas de aquello que fue y pudo seguir siendo majestuoso, se concentra en mi nariz intentando hacerme ver la culpa de lo que arruiné, me golpea el seso y expulsa repudio hacia mis actos, incesantes, inconsecuentes, deshonrados, orgullosos y faltos de lógica. Sentimientos atolondrados, ¿por qué? ¿qué pasó? lo que pasa, es que no te terminas de conocer Karla, recién acabas de descubrir que el karma humano es más fuerte que tus propios paradigmas. Qué injusto y qué asco me da. Debería existir un castigo divino, aunque creo que llegará, como a todos nos toca pagar. Pero siento que soy inocente, yo lo intenté, no sé por qué fui tan débil ¡maldita inseguridad, te maldigo para siempre! Es la soledad la que me hace actuar así. Es la incertidumbre... pero si era para confiar... pero por qué no puedo superar esto... las credibilidades. Dios, ayúdame. Sino, me quedaré sola y con un cajón lleno de miedos y dudas. Los nudos en la garganta... igual de complejos que los días que se suman a mi espalda. De dónde saco la cara. La energía se consume poco a poco y me lleva a la muerte... ojalá.