Hoy debo escribir esto porque es una obligación, un compromiso que firmé con la Escuela de Periodismo UACh, por el hecho de haber asistido a la Gira de Estudios 2010. Esto es una crónica, se supone, se supone que además esto servirá para que alguien me diga, "ajá, usted aprendió a escribir y desarrollar las habilidades comunicativas", se supone que alguien más aparte de mi persona, leerá esto y emitirá un juicio, se supone que hay un límite de extensión y que no debo equivocarme. ¿Pero saben qué? No me interesa. Por primera vez en la vida universitaria emitiré un juicio crítico sobre la escuela y lo plasmaré en este apartado.
Desde chica me gustó escribir, sólo por sacarme los pensamientos y como dice el libro de Ana Frank y lo repito, el papel puede aguantar más. Cuando tenía 12 años, cree una revista escolar en una escuela pobre de Valdivia, que a todo esto cerrarán por su baja calidad educativa (alguna vez hice un reportaje de eso para VH). Ese fue mi primer acercamiento al periodismo, no me gustó, pero siempre me fue bien en lenguaje y nunca fui amiga de los números. A la hora de elegir una carrera, periodismo nunca fue mi prioridad, de hecho un ex amigo me postuló e hizo los trámites por mí, a petición de mi madre, empecinada en que estudie en una universidad tradicional y pensando en que esto era lo mío, qué fatal.
Al llegar, pasé por varios estados, felicidad, incertidumbre, muchas dudas sobre seguir o no, pero me quedé, por las amistades los primeros 2 años, por falta de plata y una vez estando en tercero, porque consideraba que había obtenido ciertos logros con la designación de ayudantías y la confianza depositada en mí, por parte de profesores.
Ya cursando todos los ramos, se venía 4° y con eso, ya estaba al otro lado, para qué cuestionarme el hecho de seguir o no, quedando tan poco camino por recorrer... si embargo aquí me ven... dudando otra vez.
Jajaja... dejaré esta entrada hasta aquí, me dio pena y paja seguir escribiendo.