domingo, 10 de abril de 2011

Lluviedad

Lluviedad, te recojo con mis piernas, te llevo en mis hombros desde hace años, careces de dulzura y cabalgas por la orilla, tus arrugas me señalan, me tocas el ombligo, te siento y me excito.
Recuerdo el día en que te fuiste y la brisa que enladrilla tu aroma, fragancia tosca, ajos fritos, cebolla en lata.
Te conozco tanto, aterciopelada, vigorizas los musgos, se acomodan en mis "pieces" que navegan por el río, das temblores agridulces, es el pasto que maltratas, donde dormimos en las noches de luniciernaga soleada.
Me embarazas, te embarazo, somos alma y somos nada, pan con mantequilla, frutos de la vida que trajiste en soledad, con tus gatos y colores arcoparaíso.
Errada la inocencia que cogiste en el silencio santiaguino, un poco de norte, un poco de sur, estamos en CHI - CHI - CHI, LE - LE - LE, bajo la tierra y sobre el maricóptero fugaz. Lluviedad vete con tu equino, que tu ambigüedad no compite con la mía, y escribirte me remite -a la rima que no debo- al deletrear p.s.i.q.u.i.a.t.r.í.a.


(texto escrito en el taller de Yeni Paredes, y que no me quiso revisar por no ser de la clase, flor de vocación)



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